Descubrir la verdad implica hacer una conexión entre nuestra naturaleza interna y el mundo que nos rodea. A veces, nuestros sueños nos llevan a un viaje muy profundo, explorando las profundidades de nuestra propia oscuridad y confrontando nuestra propia vulnerabilidad. Sin embargo, ¿qué sucede cuando somos arrastrados por estos sueños? ¿Quién nos traerá de vuelta a la realidad?

La búsqueda de la verdad no son las palabras escritas en un libro o la deslumbrante belleza que nos rodea. En realidad, los sueños y lo irreal son vistos como lo contrario de la realidad, como una ilusión que hay que superar. Aquí es donde entra la prueba de la sinceridad, que nos permite expresarnos con autenticidad y dar un sentido real a nuestras acciones.

El desafío de la sinceridad

La sinceridad incluye no solo el deseo de descubrir la verdad, sino también el reconocimiento de nuestras propias limitaciones. Es un viaje constante que no admite confesiones innecesarias. La sinceridad es un don que debemos buscar, en un mundo donde mucha gente se contenta con una existencia superficial. Honestamente, debemos estar dispuestos a enfrentar nuestra oscuridad interior y liberarnos de su influencia. Este proceso puede ser difícil, pero es necesario para nuestro desarrollo.

En este camino hacia la sinceridad, debemos recordar que la gracia, el sacrificio y la divinidad tienen un componente fundamentalmente personal. La sinceridad florece a medida que arraiga en nosotros, transformándonos en el camino. Es como un niño abandonado y salvado con muchos esfuerzos, pero cuando ese niño se hace adulto, nos damos cuenta de su poder y potencial para llevarnos tanto a la grandeza como a la destrucción. .

Es importante darse cuenta de que la sinceridad no es solo una búsqueda personal, sino también una herramienta mediante la cual nos conectamos con los demás. Algunos buscan la perfección para adornarse, mientras que otros buscan poder y reconocimiento. También hay personas que buscan sinceramente porque se sienten incómodas con su situación actual o han vivido contratiempos que les hacen dudar de sí mismas.

Al final, aquellos que logran la verdadera sinceridad están dispuestos a dejar atrás su viejo yo, sea bueno o no. Se dan cuenta de que el cambio real proviene de dejar de lado las limitaciones externas y centrarse en el crecimiento interior. Es importante recordar que no podemos encontrar la verdad solos, y cada uno de nosotros es responsable de emprender un viaje para encontrarla. No hay atajos ni sustitutos para este trabajo individual. Debemos estar dispuestos a darlo todo, a entregar nuestras acciones y nuestra naturaleza para que la verdad encuentre su lugar en nosotros.

Entonces ¿Porque no abrazar nuestra existencia de forma consciente, atesorando cada momento fugaz como si fuera único?. Reconozcamos que cada día es una oportunidad que nunca volverá a presentarse y comprometámonos a vivir honesta y auténticamente en busca de la verdad que nos define.

Jorge Díaz

Jorge Díaz

Dirijo los grupos de Trabajo y enseñanzas de Gurdjieff en Akhaldan desde 2007. Conocí el trabajo en 1998, fue a través de una persona a la que tenía gran admiración y estima. “Relatos de Belcebú a su nieto” fue mi puerta de entrada al trabajo. Fui buscando el trabajo en diferentes grupos por todo el mundo y profundizando en la práctica de los movimientos durante años. La línea de John Bennett siempre me ha dado una perspectiva fresca y dinámica del trabajo.