Movimientos Gurdjieff

Los Movimientos de Gurdjieff son una enseñanza en sí mismos. No son meros ejercicios físicos ni coreografías estéticas, sino un lenguaje para armonizar los tres centros o cerebros del ser humano: pensamiento, sentimiento y cuerpo. Su propósito es generar una nueva calidad de atención y presencia, permitiendo experimentar un estado de integración real.

Dos direcciones

La manera en que una persona se enfrenta a los Movimientos refleja su actitud ante la vida. La impaciencia, la identificación, la resistencia a lo desconocido se manifiestan claramente en la práctica.

Gurdjieff hablaba de un fenómeno de doble flecha: por un lado, la atención va hacia afuera, hacia la forma exterior del movimiento, el ritmo de la música, a observar lo que sucede fuera de nosotros. Por otro lado, la atención también se dirige hacia dentro, volviéndola a nuestro centro, a las energías interiores que nos mueven hacia la fuente de nuestro ser. Buscamos el equilibrio. “Un ojo está dentro, el otro fuera”, dijo Gurdjieff.

De este modo podemos movernos en cada acto de nuestra vida sin perdernos a nosotros mismos. La manera en que te comportas en una clase de Movimientos es exactamente la manera en que te comportas en la vida. En los Movimientos, se vuelve visible la forma en que reaccionamos ante la dificultad, la impaciencia o la resistencia. Todo lo que sucede en una clase de Movimientos muestra algo sobre nosotros mismos.

Si realmente puedo verlos y sentirlos profundamente, entonces puedo llevar esa experiencia a mi vida y tal vez cambiar algo en ella. Los Movimientos no son algo separado de la vida. Representan procesos internos, leyes universales y patrones de conducta que podemos reconocer y trabajar. Los Movimientos son para tu vida. De hecho, son tu vida.

Un lenguaje gestual

Los Movimientos son un legominismo; contienen un lenguaje que la mente ordinaria no puede descifrar, pero que el cuerpo puede experimentar. Cada postura y desplazamiento tiene un propósito preciso: conectar con una energía específica y permitir su circulación. No son solo formas, sino un vehículo de transformación interna.

Los Movimientos crean una estructura en el cuerpo para recibir y contener una energía diferente, una energía superior. No se trata únicamente de la ejecución externa. Lo esencial sucede en un nivel más sutil. Cuando uno empieza a encontrar el equilibrio en el movimiento, algo en el interior también empieza a encontrar un equilibrio.

Los Movimientos son una arquitectura de energía. Cada secuencia está diseñada de manera precisa, como una partitura. Si se rompe la estructura, algo esencial se pierde. A través de la práctica, se afina la percepción de la energía. Se trata de aprender a estar presente en un estado diferente y permitir que la estructura interna se reorganice.

«Se necesita de toda una vida para llegar finalmente al principio, pero al principio de algo inmensamente grande».

«El movimiento es cambio. El movimiento está en el tiempo. Detrás del movimiento está la quietud, así como detrás del ruido está el silencio».

El principio de algo inmenso

Gurdjieff hablaba de las Danzas como un modo de comunicación. Los Movimientos permiten experimentar en el cuerpo las leyes del cambio, del movimiento y de la integración. Estas leyes no son solo principios abstractos; pueden ser experimentadas directamente a través del cuerpo.

Este conocimiento lo observamos y sentimos a través del Eneagrama (símbolo introducido por Gurdjieff en Occidente), reproduciendo y sintiendo en uno mismo las dos leyes incluidas en él, la de cambio y movimiento e integración. Una integración del cuerpo, el sentimiento y el pensamiento. El «Ser» armónico.

Para que un Movimiento sea completo, debe involucrar los tres cerebros: el cuerpo, el sentimiento y el pensamiento. Solo cuando están alineados, algo real puede suceder.

Los Movimientos no son ejercicios aislados, sino una vía para conectar con algo superior. Si dejas que el cuerpo se mueva sin más, será mecánico. Si lo diriges solo con la mente, será rígido. Si hay una integración real de los tres, aparece una nueva cualidad de presencia.

Movimientos Gurdjieff

Los Movimientos no son estáticos. Son vivos, orgánicos. En este sentido, la música y el movimiento forman una unidad indivisible. 

Cuando un Movimiento cobra vida con la música, el gesto se convierte en una descripción visual de ella, una representación en el espacio. La vibración creada en el grupo también influye en la calidad del Movimiento.

No es solo una cuestión de ejecutar las posturas correctamente, sino de cómo la energía del grupo se alinea en un solo flujo. Cuando los participantes están en la misma atención, «de repente, algo sucede en la habitación, el Movimiento aparece. Se enfoca, como una imagen que cobra nitidez, y por un momento, todo vibra de otra manera.»