«No hay un paso a paso, un algoritmo, para llegar a la compresión. Hay algo muy importante, que es cuando tú decides comprender. Esto es algo que nadie más puede darte».

En una era en la que el pensamiento lógico y científico ha dado forma en gran medida a nuestra comprensión del mundo, surgen preguntas importantes, así que quiero compartir  unas reflexiones que espero sean útiles en el viaje  hacia una comprensión más profunda de nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo y el cosmos.

Durante generaciones, hemos dado preponderancia al pensamiento lógico y científico, lo que ha forjado una percepción limitada del “yo”. Sin embargo, esta visión está siendo cuestionada por aquellos entre nosotros que buscan una transformación, un cambio profundo en la manera en que nos concebimos.

Lejos de ver la ciencia como un obstáculo menor, podemos considerarla  una vía necesaria para que las verdades universales influyan y modifiquen nuestro ser interior.

Redescubriendo la identidad

El proceso para descubrir la potente simplicidad dentro de nosotros es complejo y extenso, pero esencial para comprender nuestra verdadera identidad y conexión con el universo. 

En las prácticas espirituales, la distinción entre creencia y práctica se vuelve menos clara, con conceptos que trascienden la teoría para convertirse en herramientas vivas de nuestro desarrollo.

A menudo, lo que se considera humano es en realidad una versión automatizada de uno mismo, una serie de respuestas programadas a estímulos externos que ocurren sin verdadera consciencia. La cultura y la educación refuerzan esta automatización, pero es vital despertar a la realidad de nuestro «Yo» auténtico, más allá de las respuestas condicionadas que limitan nuestro potencial.

Autenticidad y automatización

El camino hacia el auto-descubrimiento está plagado de distracciones que nos mantienen  adormecidos y fragmentados. Nos engañamos a nosotros mismos, atrapados en emociones destructivas que nos llevan a buscar satisfacciones superficiales.

No obstante, en medio de este ensueño, yace la posibilidad de despertar. La transformación se inicia al reconocer y rechazar la esclavitud de los impulsos automáticos, unificando nuestra conciencia para una iluminación genuina.

El Cuarto Camino ofrece una visión renovada, enfocándose en la búsqueda espiritual sin apartarse de la vida diaria. Se centra en el autoconocimiento y el trabajo interior realizados en medio de la rutina cotidiana.

Quizás esto resuene en ti  y despierte la curiosidad de explorar más a fondo en el trabajo para ver los fragmentos, los fractales de realidad, que unidos, dan forma a  la unidad que se manifiesta de forma armónica en la diversidad.

Jorge Díaz

Jorge Díaz

Dirijo los grupos de Trabajo y enseñanzas de Gurdjieff en Akhaldan desde 2007. Conocí el trabajo en 1998, fue a través de una persona a la que tenía gran admiración y estima. “Relatos de Belcebú a su nieto” fue mi puerta de entrada al trabajo. Fui buscando el trabajo en diferentes grupos por todo el mundo y profundizando en la práctica de los movimientos durante años. La línea de John Bennett siempre me ha dado una perspectiva fresca y dinámica del trabajo.