¿Que es la atención? ¿Qué es estar en este momento presente?
La atención no es un fenómeno puramente mental. Incluye funciones como el sentimiento o las sensaciónes corporales. Hablamos de lo que Gurdjieff denominó tres cerebros (motor, emocional, intelectual). Estos cerebros se refieren a unas funciones determinadas, las cuales no mantienen una buena comunicación entre sí.
El ser consciente de uno mismo en el momento presente, el trabajo con la atención, puede ofrecer un acceso a una forma de eternidad.
Solemos considerar nuestra percepción del tiempo de una forma lineal, en una sola dirección. Del pasado hasta el presente y en dirección al futuro, es decir, que lo que consideramos la vida es una serie de sucesos del pasado hacia el futuro, de modo que lo que sucede en el presente y en el futuro es el resultado de lo sucedido en el pasado.
En el momento presente nos encontramos tanto un eje horizontal de tiempo lineal, como un eje vertical del tiempo eterno. El tiempo, el “despiadado Heropass” como lo definió Gurdjieff es algo realmente importante para entender este trabajo. El tiempo se distribuye y tenemos cantidades limitadas y nuestra postura ante el tiempo no refleja su significado real.
La atención, los Movimientos y el tiempo
En la práctica de los Movimientos de Gurdjieff, debemos tener en cuenta que nuestra percepción sobre la atención y el momento presente no sean del todo claras. La práctica de los Movimientos puede ayudar a crear un espacio donde se den las condiciones óptimas para un tipo diferente de compresión y de experimentación sobre la atención y el tiempo como algo más que unidireccional, de manera que podamos crear la experiencia de un momento más allá del tiempo.
Un esfuerzo por ser conscientes en el presente, que nos lleve al desarrollo de la atención, puede mostrar la entrada al eje vertical de la eternidad. De este modo, el sentido de lo atemporal penetra en la experiencia del momento presente. Esto crea un anclaje que nos proporciona una cierta libertad con respecto al mundo del tiempo lineal.
Lo primero que uno se da cuenta al comenzar a trabajar con los Movimientos, es lo frágil que es la atención. Se puede observar que las asociaciones mentales producen un movimiento del que es muy complejo salir. El pensamiento habitual es inestable, ya que se pierde en el futuro o en las imágenes nostálgicas del pasado. Entonces, perdida en esta identificación, la atención carece de un punto de anclaje.
El pensamiento dualista tiende a influir en la mayoría de las experiencias, de ahí que encontremos formas limitadas de momento presente, donde la capacidad y la comprensión son limitadas.
La inteligencia del centro motor
Una base fundamental es el trabajo del cuerpo que, a pesar de poder desarrollar parte de sus funciones en la vida, se ve dominado por sus apetencias la mayor parte del tiempo. Pero en la búsqueda interna, el cuerpo como base para el trabajo es simplemente insustituible.
El trabajo de los Movimientos o ejercicios, parece que requieran de una aptitud física. Pero no es simplemente así. A medida que los ejercicios se vuelven más complejos, exigen una nueva atención, una que no ha sido antes experimentada. Se despierta entonces un tipo diferente de inteligencia, un pensamiento nuevo. Es aquí donde el pensamiento y el cuerpo crean una nueva forma de comunicarse.
Realizar los Movimientos es la propagación de un flujo de energía interna más intenso. La atención se agudiza a través de las secuencias y repeticiones, abriendo paso a energías más libre y de cualidad diferente.Jeanne de Salzmann dijo que cuando el movimiento es correcto, produce un sonido, una influencia especial que puede ser recibida por aquellos que la escuchan.
Para penetrar en uno mismo ha de encontrarse la forma a través del cuerpo y de la posición física adecuada. La columna vertebral vertical y las diferentes partes del cuerpo relajadas, permiten captar la atención de las distintas partes del cuerpo en un solo lugar. La sensación que se genera permite integrar las sensaciones del mundo exterior y el mundo interior. Se dice entonces que se puede transitar por dos mundos al mismo tiempo.
Los Movimientos son para la mente
No es extraño que aparezcan sentimientos de rechazo hacia los Movimientos al principio, ya que el pensamiento busca en sus registros automáticos formas de aprender que son habituales y forman parte de nuestro pasado, así como como una necesidad de ser capaz de realizarlos enfocándonos más en ser capaz de hacerlo (futuro) perdiéndose la percepción del tiempo presente.
Lleva un tiempo adaptarse a una nueva forma, a no dejarse llevar por estas asociaciones incesantes que nos llevan de un lugar a otro, no siendo conscientes de que todo esto que sucede, forma parte de un proceso que no se encuentra en el pasado (una forma conocida) o el futuro (la imaginación de cómo debería ser el resultado) Esto puede llevarnos a un tipo de experiencia concreta a través de la sensación física de un tipo de alquimia a través de la cual funcionan los Movimientos.
Si no somos capaces de mantener una cierta cantidad de atención interior, las tensiones y contracciones habituales permanecen como obstáculos para el flujo adecuado de la energía. Cuando somos capaces de entrar en un momento donde la atención no se dispersa, esa energía fluye a través del cuerpo, generando una sensación de libertad, superando los límites del tiempo. Podemos experimentar como los tres cerebros trabajan juntos en armonía.
Los Movimientos no son terapia, ni gimnasia, su propósito forma parte de una enseñanza y fueron creados para la experimentación y practica dentro de un todo, y si se les saca de este contexto pierden la mayor parte de su significado.
Aunque pueda parecer que su intención es simplemente trabajar con nuestra atención, encierran también un lenguaje que, mediante posturas y gestos, expresan leyes cósmicas que no percibimos con nuestros sentidos habituales. Su comunicación no verbal va más allá del tiempo lineal, más allá de la conciencia habitual.
Jorge Díaz
Dirijo los grupos de Trabajo y enseñanzas de Gurdjieff en Akhaldan desde 2007. Conocí el trabajo en el año 1998, fue a través de una persona a la que tenía gran admiración y estima. “Relatos de Belcebú a su nieto” fue mi puerta de entrada al trabajo. Fui buscando el trabajo en diferentes grupos por todo el mundo y profundizando en la práctica de los movimientos durante años. La línea de John Bennett siempre me ha dado una perspectiva fresca y dinámica del trabajo.
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