Cada hombre tiene en él tres residuos metabólicos del organismo que se producen (por sí mismos) y que deben ser desechados. El primero es el resultado de la nutrición normal y se elimina de manera natural, y esto debe ser diariamente, de lo contrario, se originan todo tipo de enfermedades (los médicos saben esto bien).

Por la misma razón que vas al baño para este mantenimiento, debes ir al baño para eliminar el segundo residuo metabólico que es desechado a través de la función sexual.

Es necesario para la salud y el equilibrio del cuerpo. Y, desde luego, en algunas personas es necesario hacerlo a diario, en otras cada semana, en otras cada mes o cada seis meses. Es algo subjetivo. Para hacer esto, debes elegir un baño apropiado. Uno que sea bueno para ti.

Un tercer residuo metabólico se forma en la cabeza –es la basura de las impresiones de los alimentos, y los desechos se acumulan en el cerebro (los médicos ignoran esto, de la misma manera que ignoran el importante papel que desempeña el apéndice en la digestión, y lo rechaza como desechos).

No es necesario mezclar los actos sexuales con el sentimiento. Es algo anormal que coincida. El acto sexual es una función. Uno puede considerarlo como algo externo a él, aunque el amor es interior. El amor es amor. No necesita sexo. Puede sentirse por alguien del mismo sexo, incluso por un animal, y la función sexual no se mezcla ahí.

En ocasiones es normal unirlos, esto corresponde a uno de los aspectos del amor. Es más fácil amar de esta manera. Pero al mismo tiempo es también difícil permanecer imparcial como requiere el amor. Igualmente si uno considera la función sexual como algo médicamente necesario, ¿por qué uno debería amar un remedio, una medicina? El acto sexual originalmente debe haber sido realizado solo con el propósito de la reproducción de las especies, pero poco a poco el hombre ha hecho de ello un medio para conseguir placer. Debería haber sido un acto sagrado. Uno debe saber que esta semilla divina, el Esperma, tiene otra función, la de la construir un segundo cuerpo en nosotros, de ahí la frase “Feliz aquél que comprende la función del Eterokrilno para la transformación de su ser. Infeliz aquél que lo/s utiliza de manera unilateral”. (…)

Su cuerpo le hace amar o no amar. Conscientemente usted puede dejar de ser el esclavo de su polaridad. Pero primero debe tener la experiencia. Todo lo que puedo decir mientras tanto es que el amor existe, el amor objetivo. Pero usted debe entrar en contacto con él. Más tarde hablaremos sobre ello. Todo lo que podemos decir de antemano permanecería en un nivel teórico. Sobre esto, la Primera Serie explica muchas cosas. En cuanto a los mandamientos de Ashiata Shiemash, hay esto:

El amor de la consciencia provoca, en respuesta, su igual.

El amor del sentimiento provoca su contrario.

El amor del cuerpo depende tan sólo del tipo y de la polaridad.

Y también esto sobre la esperanza:

La esperanza de la consciencia es fuerza.

La esperanza del sentimiento es esclavitud.

La esperanza del cuerpo es enfermedad.

Y en cuanto a la fe:

La fe de la consciencia es libertad.

La fe del sentimiento es debilidad.

La fe del cuerpo es estupidez.

(…)

El verdadero amor es la base de todo, los cimientos, la Fuente.

Las religiones han pervertido y deformado el amor. Fue por amor que Jesús hizo milagros. El verdadero amor se unió al magnetismo. Todas las vibraciones acumuladas crean una corriente. Esta corriente trae la fuerza del amor. El verdadero amor es una fuerza cósmica que pasa a través de nosotros. Si la cristalizamos, se convierte en un poder –el mayor poder del mundo. Más adelante estudiará el magnetismo en los libros, no importa cuáles, le proporcionará material. Y con el amor como base, usted podrá curar a paralíticos y hacer que los ciegos vean.

 

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