El Cuarto Camino se basa en la idea de que los seres humanos estamos inmersos en un profundo sueño;

reaccionamos automáticamente a los estímulos de la vida con poco control sobre estas reacciones y estamos atrapados en patrones automáticos y mecánicos de pensamiento, emoción y acción.

Para liberarnos de esta prisión interna, se requiere un trabajo consciente y sistemático. En estos patrones, se nos hace muy difícil llegar al núcleo de nuestra esencia, conocernos, saber quienes somos en realidad. Ofrece métodos para ayudarnos a «despertar» y vivir más conscientemente, más aquí, ahora.

Un propósito

El propósito es conocernos a nosotros mismos, realizar un trabajo personal con uno mismo, pero no solo esto, sino que además se extiende hacia dos lineas de trabajo más, el trabajo con los demás, por lo que el trabajo en grupo se torna imprescindible, y el trabajo con un propósito mayor o por el cosmos.

Esto implica una visión holística, donde no sólo la consciencia es fundamental para un desarrollo armónico  y el despertar, sino el estudio y el desarrollo del pensamiento y la razón de una forma diferente y desconocida para nosotros.

El objetivo

El objetivo del Cuarto Camino es establecer una conexión entre la infinitud y la vida cotidiana, materializando así los principios cósmicos en la realidad terrestre. En este proceso, no hay evasión ni escape. Aquellas personas que buscan en este camino una vía para eludir sus responsabilidades diarias están equivocados en su enfoque. En cambio, aquellas que persigan asumir estas responsabilidades, alineándolas con un mayor conocimiento de sí mismos y la expresión del propósito divino en sus vidas, están siguiendo el camino correcto.

La conexión con lo divino no se logra a través de la realización de acciones extraordinarias, sino mediante la elevación de lo cotidiano. La actitud que se debe fomentar es la de encontrar lo extraordinario en lo ordinario, vivir en un estado de conexión constante.