» La libertad habita en uno mismo, esa libertad no adopta ninguna forma, de ese modo la energía queda libre para tomar cualquier forma.»

En el entramado de nuestra existencia, se halla una conexión profunda entre el cuerpo, el corazón y la mente, trascendiendo el ámbito conocido y condicionado. Estos elementos constituyen una entidad singular, operando en una esfera invisible de energías, dotada de autonomía. Frecuentemente, este enlace es alterado y restringido por pensamientos y emociones que nos encarcelan y obnubilan, desviando la energía vital y creando una red que nos enmascara ante nosotros mismos.

Dualidad y la Cautividad de Pensamientos y Emociones

Dentro de nuestra estructura orgánica, diversos componentes se organizan y manifiestan su propia realidad. En este estado de dualidad, nos perdemos en un perpetuo balanceo entre el sufrimiento y el goce. Nuestras acciones y gestos están influenciados por pensamientos y emociones que nos constriñen, erigiendo un muro que limita nuestras potencialidades. Nos convertimos en cautivos de nuestras creencias y condicionamientos, distanciándonos de nuestra esencia auténtica.

No obstante, emerge la posibilidad de metamorfosis mediante la reconciliación del personaje y el ser auténtico. Este proceso demanda una pausa en el frenesí de la vida cotidiana y una observación minuciosa. Al forjar una nueva relación con nuestro ser y el entorno, se abre la puerta a un nuevo paradigma de percepción. La clave de esta metamorfosis reside en el acto de observar, en mantener la consciencia y procurar habitar en el momento presente. Observar nos guía hacia un equilibrio, hacia la libertad, permitiéndonos explorar y revelar lo que yace en nuestro interior.

La Importancia de la Atención y la Unidad

En este sendero transformador, es crucial cultivar la atención, el combustible que alimenta el acto de observar, redirigiendo nuestra energía hacia una corriente más elevada. Reconociendo la unidad e indivisibilidad del universo, el ser humano emerge como un potente transformador de energías, fusionándolas y canalizándolas en su travesía hacia el despertar. La atención nos posibilita trascender las barreras de una mente condicionada, abriéndonos a una vivencia más amplia y consciente de la vida.

Establecer un vínculo entre el cuerpo, el corazón y la mente es vital para descifrar nuestra naturaleza auténtica. A través de la reconciliación del personaje y el ser, y el cultivo de la atención plena, podemos liberarnos de la cárcel de nuestros pensamientos y emociones, embarcándonos en un viaje de transformación y despertar. Como arquitectos de energías, podemos acoger la unidad y experimentar una realidad más profunda y significativa.

Jorge Díaz

Jorge Díaz

Dirijo los grupos de Trabajo y enseñanzas de Gurdjieff en Akhaldan desde 2007. Conocí el trabajo en 1998, fue a través de una persona a la que tenía gran admiración y estima. “Relatos de Belcebú a su nieto” fue mi puerta de entrada al trabajo. Fui buscando el trabajo en diferentes grupos por todo el mundo y profundizando en la práctica de los movimientos durante años. La línea de John Bennett siempre me ha dado una perspectiva fresca y dinámica del trabajo.

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